¡Llevá más, pagá menos!

10% OFF Comprando 3 o más
15% OFF Comprando 5 o más

Vas a poder aprovechar esta promoción en cualquier producto de la tienda.

No acumulable con otras promociones

La comida de los viajeros: Desde la conquista hasta el siglo XX.

$12.000,00
12 cuotas de $1.508,30
Ver más detalles
Envío gratis superando los $150.000,00
No acumulable con otras promociones
¡Solo quedan 2 en stock!
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.
Entregas para el CP: Cambiar CP
Medios de envío
No sé mi código postal
Nuestro local
  • Punto de entrega - Av. Vivanco 4560, Posadas, Misiones - Días y horarios a coordinar por WhatsApp.
    Gratis
Descripción

Formato: 18 x 24 cm

Compiladores: Rodolfo Nicolás Capaccio, Rosita Escalada Salvo

Páginas: 180

ISBN: 978-950-579-498-0

El que viaja a menudo comerá cuando pueda o cuando tenga comida. O en muchos casos, no comerá; o no tendrá para beber. Todo depende de si viaja caminando, o en carreta, o en avión, o a caballo, si va de noche o de día, si hay tiempo para matar un animal que sirva de alimento, si hay que encender fogata o no para cocinar, y tantas cuestiones, dependiendo de qué época y de qué lugar estamos hablando.

Todas esas cuestiones y otras más: hambre, falta de comida, o abundancia de ella, provisiones a remudar o echarse a perder, aquí en Misiones o en La Rioja, o cualquier parte de las Provincias Unidas (hoy Argentina), en el siglo XVI o en el XX, es la oferta que nos hacen Rosita Escalada y Rodolfo Capaccio con La comida de los viajeros, obra que continúa a La mirada de los viajeros que viera luz hace poco tiempo atrás desde la Editorial Universitaria.

También incorporan en el trabajo al tradicional mate, herencia guaraní. Tomar mate incita a la conversación, es muestra de atención al visitante o al compañero de trabajo, es compañía en la soledad. Mate es la infusión hecha con hojas molidas de la Ilex paraguariensis, pero también es el recipiente donde se prepara la infusión, ya sea porongo, de cuerno, de plata, de madera, de vidrio, de pezuña, o de porcelana. Hay quienes lo toman amargo, otros lo toman dulce, con espuma o sin espuma… mate al fin, digestivo, depurador y antioxidante.

A disfrutar de la lectura sobre viajeros y comidas, acompañados de un rico mate misionero.